¿Por qué?
En primer lugar porque están libres de conservantes y de fragancias sintéticas como los derivados del petróleo, las siliconas o las parafinas. Lo que significa, que ayuda a reducir el riesgo de alergias o reacciones cutáneas que provocan irritaciones.
A pesar de limpiar en profundidad, no resecan la piel, sino que la hidratan confiriéndole suavidad y elasticidad y manteniéndola sana.
Además, están elaborados con aromas y aceites esenciales que despiertan los sentidos y pueden tener propiedades estimulantes, relajantes, antisépticas, depurativas, exfoliantes, regenerativas, ...
Por todo ello, los jabones naturales serán ideales para pieles con problemas como la dermatitis atópica, psoriasis, acné, alergias,... pero también para una completa hidratación y nutrición de las pieles normales.
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